Mi corazón percibe, sueña y presume. Y como envuelta en oro tejido en gasa, la tristeza de Verdi suspira y pasa en la cadencia fina como un perfume.
Y frío de alta zona hiela y entume; y luz de sol poniente colora y rasa: y fe de gloria empírea pugna y fracasa, ¡como en ensayos torpes un ala implume!
El sublime concierto llena la casa; y en medio de la sorda y estulta masa, mi corazón percibe, suena y presume.
Y como envuelta en oro tejido en gasa, la tristeza de Verdi suspira y pasa en la cadencia fina como un perfume.
Salvador Díaz Mirón
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