martes, 27 de julio de 2010

Realidad y Sueño


 

Náufrago de mi propio sueño,
como si transportara en la flor de los labios
el silencio desnudo,
más que la sangre muda de hospital
muerta en el abandono;
con la tristeza del que viaja
por un aire sin viaje,
reducido al silencio
bajo un olor de rosa no pensada,
cuando el jardín no sabe
si la flor es un sueño
o la esperanza presentida;
fijo en mis latitudes
con el límite sueño entre las manos,
en su cauce la sangre detenida
y el temor de que llegue hasta mi tacto
la presión más efímera
o la más fina flor ya derribada;
límite y carne, sueño ilimitado
bajo la sábana, tan blanca,
por la que corre sangre
como la vena rota
en la piel de una virgen;
amigo de mí mismo
igual al hombre que presiente
la altura de su sombra
a la hora del último camino,
cara al ángel que viaja hacia mi encuentro
con la blancura íntima del niño aún no nacido,
me recuesto en mis venas
doloroso y sediento, sin mis nervios
ni el recuerdo inicial,
aquel primer encuentro con la muerte
tan clara, pura y sombra

Siento que un mar lejano,
hundido como puerto bajo niebla,
hasta mí llega, cuando poso mi mano ávida
sobre el temor de mi sombría piel,
igual que un río inmóvil camina por los campos,
y de la sombra de mi aliento,
lento y desnudo, fiel a mi destino,
con mi sangre en el hielo,
más fría que la estatua bajo el agua,
con el frío en las manos
y la desnuda voz enmudecida,
hacia mi sombra vuelvo,
retorno a mi naufragio.






 Alí Chumacero

miércoles, 21 de julio de 2010

No es sueño, es la verdad


No es sueño, es la verdad ¡oh mar! te veo...
no es sueño, es la verdad, ¡estoy contigo!...
no es sueño, es la verdad, tus ondas sigo
y sacio en contemplarte mi deseo;
aquí está la verdad en que yo creo,
aquí habita el Señor que yo bendigo,
y siento entre estas vívidas montañas
el hondo palpitar de sus entrañas.

¡Tú eres el mar!... ¡el mar!... no eres el río;
el horizonte con tus brazos llenas,
y en vez de murmurar bramas y truenas
maravillando el pensamiento mío,
pero en tu seno con placer confío
recuerdos, dichas, esperanzas, penas,
sin que un instante me acobarde el miedo
de que en tus ondas sumergirme puedo. (...)

 

Carolina Coronado



jueves, 15 de julio de 2010

Espejo y agua








Tu alma en mí dejó su fría imagen,
sólo recuerdo de lo que vivías,
y si al espejo miro y me reflejo
allí encuentro tus ojos, tu silencio de cera
con un reposo de apagado aliento,
como si descendiendo arenas
o un tropel de recuerdos
sobre mi piel, con sosegado paso
hacia el cristal cayeran.
¿No caen hojas como frases muertas,
y mis ojos en ti no fueron rosas
ahogadas en tu aroma?


Si al agua miras, mira
mi corazón ornado de sepulcros
bajo las olas que lo mueven,
crecido entre las ruinas de tu nombre,
entre perderse en muerte o florecer
como una eterna espera o el lamento
de un Adán impasible que soñaba
contigo y tu mentido Paraíso.
Porque al mirarte contra el agua, miras
mi pensamiento en tu alma suspendido.


Ali Chumacero

martes, 13 de julio de 2010

Sobre el amor



 


 


Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.


Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios - el saber más elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.

Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.

No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.

El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.

Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuándo me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.

Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor. 


Corintios 1:13

miércoles, 7 de julio de 2010

Sueño

 


Y era el demonio de mi sueño, el ángel
más hermoso. Brillaban
como aceros los ojos victoriosos,
y las sangrientas llamas
de su antorcha alumbraron
la honda cripta del alma.
-¿Vendrás conmigo? -No, jamás; las tumbas
y los muertos me espantan.
Pero la férrea mano
mi diestra atenazaba.
-Vendrás conmigo... Y avancé en mi sueño,
cegado por la roja luminaria.
Y en la cripta sentí sonar cadenas,
y rebullir de fieras enjauladas.

 

A. Machado

martes, 6 de julio de 2010

Imposible saber cuándo






Imposible saber cuándo ese rincón de mi alma se ha dormido
y cuándo volverá otra vez a tomar parte en mis fiestas íntimas

O si ese trozo se fue para siempre
O bien si fue robado y se encuentra íntegro en otro

Imposible sabe si el árbol primitivo adentro de su ser siente todavía el viento milenario
Si tú recuerdas el canto de la madre cuaternaria
Y los grandes gritos de tu rapto
Y la voz sollozante del océano que acababa de abrir los ojos

Y agitaba las manos y lloraba en su cuna

Para vivir no necesitamos tantos horizontes
Las cabezas de amapola que hemos comido sufren por nosotros
Mi almendro habla por una parte de mí mismo
Yo estoy cerca y estoy lejos

Tengo centenares de épocas en mi breve tiempo
Tengo miles de leguas en mi ser profundo
Cataclismos de la tierra accidentes de planetas
Y algunas estrellas de luto
¿Recuerdas cuando eras un sonido entre los árboles
Y cuando eras un pequeño rayo vertiginoso?

Ahora tenemos la memoria demasiado cargada
Las flores de nuestras orejas palidecen
A veces veo reflejos de plumas en mi pecho
No me mires con tantas fantasmas
Quiero dormir quiero oír otra vez las voces perdidas
Como los cometas que han pasado a otros sistemas

¿En dónde estábamos? ¿En qué luz en qué silencio?
¿En dónde estaremos?
tantas cosas tantas cosas tantas cosas

Yo soplo para apagar tus ojos
¿Recuerdas cuando eras un suspiro entre dos ramas?









Vicente Huidobro

lunes, 5 de julio de 2010

Verdinegra es la piedra

Verdinegra es la piedra, como siempre.
Transparente es el agua, como nunca.
¿Podría imaginarse algún riachuelo
que se olvidara en la sed del día?
Entre el nunca y el siempre hay una alianza.
Entre el siempre y el nunca está el abismo.






 


David Escobar Galindo

domingo, 4 de julio de 2010

Poema del olvido

Viendo pasar las nubes fue pasando la vida,
y tú, como una nube, pasaste por mi hastío.
Y se unieron entonces tu corazón y el mío,
como se van uniendo los bordes de una herida.


Los últimos ensueños y las primeras canas
entristecen de sombra todas las cosas bellas;
y hoy tu vida y mi vida son como estrellas,
pues pueden verse juntas, estando tan lejanas...


Yo bien sé que el olvido, como un agua maldita,
nos da una sed más honda que la sed que nos quita,
pero estoy tan seguro de poder olvidar...


Y miraré las nubes sin pensar que te quiero,
con el hábito sordo de un viejo marinero
que aún siente, en tierra firme, la ondulación del mar.






José Ángel Buesa


 

viernes, 2 de julio de 2010

Ir y quedarse











                   



Ir y quedarse, y con quedar partirse,
partir sin alma, y ir con alma ajena,
oír la dulce voz de una sirena
y no poder del árbol desasirse;


arder como la vela y consumirse,
haciendo torres sobre tierna arena;
caer de un cielo, y ser demonio en pena,
y de serlo jamás arrepentirse;


hablar entre las mudas soledades,
pedir prestada sobre fe paciencia,
y lo que es temporal llamar eterno;


creer sospechas y negar verdades,
es lo que llaman en el mundo ausencia,
fuego en el alma, y en la vida infierno.






 

Lope Félix de Vega y Carpio